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Por Transeúnte

Un recorrido por colonias populares de Guadalupe confirma que el pavimento está devastado. Se supone que el trabajo para repararlo es del Ayuntamiento. Hay un departamento para eso, específicamente y, como es bien sabido, el recarpeteo es uno de los grandes negocios en cada administración municipal. Debiera haber muchos empresarios voluntariosos para hacer esa labor, pero, inexplicablemente, el trabajo no se hace.

 

El que va por colonias como la Tolteca, 20 de Noviembre, Vivienda Popular, 13 de Mayo, encuentra que el coche se va a afectar si no anda con cuidado, pues hay hoyancos enormes y, en algunos tramos, terracería pelona, porque las lluvias de algún año levantaron el asfalto y ya no hubo quien se ocupara de volver a ponerlo en su sitio otra vez.

Y más o menos así están las calles de todos los municipios de la zona metropolitana.

No se puede hablar de un verdadero progreso cuando no se cumple, si quiera, con servicios básicos para el buen funcionamiento de una ciudad.

Se habla, permanentemente, del progreso de Monterrey y su zona metropolitana, como vanguardia de México, pero lo cierto es que, los que aquí residimos, nos percatamos que hay un subdesarrollo muy marcado desde la infraestructura de las ciudades.

Y los alcaldes se ocupan prácticamente de todo, pero no de lo más sencillo, que es hacer que los coches rueden bien por sus vías intercoloniales.